una interpretación libre y poética de la historia,
por Pablo Hernández M.


“¡Salve, Bellezas del Día, Maestros Gigantes, Espíritus del Cielo, de la Tierra,
Dadores del Amarillo, del Verde, Dadores de Hijas, de Hijos! Volveos, esparcid el verde, el amarillo, dad la vida, la existencia, a mis hijos, mi prole. Que sean engendrados, que nazcan vuestros sostenes, vuestros nutridores, que os invoquen en el camino, la senda, al borde de los ríos, en los barrancos, bajo los árboles, bajo los bejucos. Dadles hijas, hijos. Que no haya desgracia, ni infortunio. Que la mentira no entre detrás de ellos, delante de ellos. Que no caigan, que no se hieran, que no se desgarren, que no se quemen. Que no caigan ni hacia arriba del camino, ni hacia abajo del camino. Que no haya obstáculo, peligro, detrás de ellos, delante de ellos. Dadles verdes caminos, verdes sendas. Que no hagan ni su desgracia ni su infortunio vuestra potencia, vuestra hechicería. Que sea buena la vida de vuestros sostenes, de vuestros nutridores, ante vuestras bocas, ante vuestros rostros, oh Espíritus del Cielo, oh Espíritus de la Tierra, oh Fuerza
Envuelta, oh Pluvioso, Sembrador, Volcán, en el cielo, en la tierra, en los cuatro ángulos, en las cuatro extremidades. En tanto que exista el alba, en tanto que exista la tribu, que estén ellos ante vuestras bocas, vuestros rostros, oh dioses”.

Popol vuh

IV - sea lo que sea, es lo que debe ser



Morí. No recuerdo dónde,
no recuerdo cómo morí;
si en un campo de batalla,
si en un sacrificio,
si morí de viejo,
si morí ahogado,
si con violencia,
o si morí rodeado de amor.
No sé si fui hombre o si fui mujer,
no sé si morí siendo niño, si tuve hijos.
No sé si fui bueno o malo,
no sé si viví conforme las costumbres,
si respeté las tradiciones.
No recuerdo nada de la vida, solo que viví.
No se qué fui,
si fui un Dios,
si un sacerdote,
si un cazador,
si un guerrero,
si una sombra.

¿Habré cumplido mi misión?
¿Qué me espera?

No sé en dónde estoy.
¿Es Xibalbá, el inframundo, esta oscuridad?
No sé a dónde voy
acompañado por estos rostros,
estas figuras, ¿serán muertos como yo?
espíritus buscando el camino,
la claridad. Como yo,
buscando la luz o algo.
El renacimiento, trascender.
Ahora me siento seguro, no siento miedo.

¿Es esto la muerte?
Un universo de seres que me rodea, esperando,
yendo de paso hacia algún otro lugar.
Olvidar y comenzar otra vez.
¿Y después?

¿A dónde llegará este camino?
Si acaso encuentro la luz,
si acaso regreso a unir mi energía,
si alimentaré a ‘Corazón del cielo’.
O si seré otra representación de mi,
si regresaré y emprenderé otro viaje,
si me diluiré y entraré en otra vida.
¿O acaso algo más aún no imaginado?

Sea lo que sea, es lo que debe ser,
no será otra cosa.

Esperaré.

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Este es el eco de una voz que rebota
en la oscuridad de una dimensión imaginada.


*Esto me fue revelado en sueños.